martes, 9 de febrero de 2010

Yo Campesino

Por: Miguel A. Rocha Valencia
Corta memoriaA veces tenemos la impresión de que la memoria de nuestros políticos es, convenientemente, demasiado corta, inmediatista y saca de contexto lo que les conviene olvidando que todo, todo, se inscribe en una coyuntura que se inicia con algún acontecimiento y que está salpicada de hechos que no necesariamente inciden en la vida de nuestro país.Por eso cuando se trata de analizar lo que sucede, hay que dejar claro el contexto en el cual se dan los hechos para saber si estos alcanzan el nivel de acontecimiento, si inician una coyuntura o son parte de ella.Esto viene a colación por los comentarios vertidos a últimas fechas respecto a la inseguridad y economía, donde pareciera que todo es culpa del gobierno actual, al que si algo debe reclamársele, podría ser la falta de estrategia y hasta incapacidad para enfrentar ambas crisis, resultado de acciones u omisiones que se fueron acumulando a lo largo de varias décadas.Precisamente es cuando asoman las crisis, cuando ya no se puede, no se quiere o hay incapacidad para maniobrar, ocultarlas o solucionarlas. Pero no se debe perder de vista que se derivan de procesos largos que algunos ubicarían en la guerra de Estados Unidos contra Corea, cuando nuestro país se volvió productor de drogas y en la etapa de Adolfo López Mateos cuando el país empezó a endeudarse de verdad.El punto no es hoy repartir culpas ni exculpar a quien no ha sabido hacer su tarea, sino dejar claro que lo que hoy vivimos no es responsabilidad de uno sólo ni exclusivo de procesos internos, aunque mucho tenga que ver las irresponsabilidad de los gobiernos en turno (Ejecutivo y Legislativo) por no hacer su tarea para consolidar un país con alternativas de desarrollo interno.Por ejemplo, desde siempre, los gobiernos incluyendo cuando el jefe del Ejecutivo mangoneaba al Congreso, recurrieron al argumento fácil de endeudamiento y recursos petroleros para financiar su gasto en vez de incorporar a más contribuyentes y áreas fiscalizables.Pero además después de un tibio intento por reducir la administración pública, esta creció de manera exponencial ya sea por los intereses corporativos-electorales o bien por los pagos de facturas, como ocurre en la actual administración donde se han creado hasta el momento 263 mil puestos burocráticos nuevos, cientos de ellos de primer nivel y que obligaron a un incremento del seis por ciento, cerca de 150 mil millones de pesos, en el gasto corriente en 2009.Esto trae como consecuencia que al causante se le hinque más la uña y existan menos recursos para inversión, educación, salud y otras áreas prioritarias para el desarrollo del país. Y lo peor es que lejos de atacar estas situaciones y no continuar con la atendencia, Legislativo y Ejecutivo caen en las acostumbradas discusiones, las negociaciones que hoy se hacen públicas.Respecto a la inseguridad, se olvidan también que esta se prohijó hace muchos años y se destapa con mayor virulencia con la caída del Zar antidrogas de Ernesto Zedillo, el general Jesús Gutiérrez Rebollo.

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