martes, 29 de diciembre de 2009

Reformas a códigos


Por: Edmundo Olivares Alcalá

Luego de conocer que el jefe de Gobierno del Distrito Federal (GDF), Marcelo Ebrard, publicara las reformas a los Códigos Civil y de Procedimientos Civiles en la Gaceta Oficial, el grupo parlamentario del PRD en la Asamblea Legislativa local demostró su autoritarismo y la falta de sensibilidad para entender a los habitantes de la ciudad de México.
Una vez más el Ejecutivo local demuestra su intolerancia y autoritarismo, ya que sin sopesar la opinión de la sociedad ni razonar los efectos de una decisión tan sensible y delicada como es el matrimonio entre personas del mismo sexo y su posibilidad de adopción, avaló una ley aberrante dando paso con ello al enfrentamiento, polarización y descomposición social en la capital del país.
A Marcelo Ebrard Casaubón no le importó desoír a la ciudadanía ni pisotear los derechos de los más vulnerables como son los niños, lo que deja en claro que sólo obedece los caprichos de una camorra.
Es lamentable que el Jefe de Gobierno a esta fecha aún no se haya tomado la molestia de dar una contestación a la carta que le hicimos llegar en días pasados los diputados del grupo parlamentario del PAN en la ALDF, conjuntamente con legisladores de otras fuerzas políticas representadas en la ciudad, en donde le solicitamos vetar dichas reformas debido a las inconsistencias jurídicas que presentan, la premura con la que fueron votadas y la negativa a conocer la opinión de la ciudadanía sobre este tema.
De esta manera es como se prueba una vez más que con actitudes tiránicas el jefe de gobierno en su desbocada carrera hacia el 2012 sólo oye, ve y obedece lo que le dictan las huestes del PRD, y toma decisiones a la ligera que únicamente favorecen a unos cuantos sin importarle el resto de la sociedad.
En Acción Nacional no nos quedaremos con los brazos cruzados, seguiremos dando una férrea, tenaz y persistente batalla, y de ser necesario lo haremos ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), a fin de salvaguardar las instituciones y los valores de la sociedad como son la familia y el matrimonio, que auténticamente es la unión entre un hombre y una mujer.
No cejaremos en proteger a la niñez para evitar a toda costa que sean utilizados para satisfacer perversos e irracionales deseos antinaturales, que perjudican, confunden, dañan y violan los derechos de los niños y las niñas.

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